Nos encontramos de nuevo en la Planilla de San Adrián unos meses más tarde donde a primera vista ya se puede apreciar que los agentes meteorológicos no perdonan. Pero no hay de qué preocuparse ya que la cepa entra en un proceso llamado reposo vegetativo en el cuál la viña no empieza a trabajar hasta que encuentra una temperatura ambiente de 10 grados positivos. Generalmente este proceso está presente en invierno y otoño. Ver paisajes así y a la vez la naturaleza desde esta perspectiva nos transmite a todos felicidad y establecemos una relación de alegría y pasión entre la viña y el ser humano.