La secuenciación genética de distintas ramas de un roble de 234 años demuestra que su ADN ha sufrido escasas mutaciones a lo largo de su vida, al contrario de lo que se esperaba.
Investigadores han descubierto esta inesperada estabilidad después de secuenciar el genoma de diferentes ramas del árbol. Su trabajo, recién prepublicado en bioRxiv, se une a un creciente número de datos que indican que las plantas logran proteger sus células madre frente a las mutaciones. La estrategia le resulta de gran utilidad al árbol porque le permite mantenerse saludable a lo largo de su vida, que puede alcanzar cientos de años.
Resulta interesante esta noticia porque si las plantas fueran acumulando cada vez más mutaciones, al final morirían por un exceso de ellas. Menos mal que eso no es así y podemos seguir disfrutando de sus maravillas.
Categorías: Biología, Naturaleza, Ambiente y Clima
12 de octubre de 2019
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